Curso de fotografia 14ª parte I

Luz y textura

En fotografía, la textura es, lógicamente, una ilusión óptica. La sensación de textura le otorga a la fotografía una capacidad comunicativa extra. A través de ella, el espectador tiene la sensación de reconocer las sensaciones táctiles que experimentaría al tocar una determinada superficie.

En nuestra sociedad existen cada vez más elementos que utilizan texturas falsas. Superficies plastificadas que imitan madera o mármol, papeles pintados que imitan estucados de pared, etc. Plasmar la textura en una fotografía significa otorgarle más realismo y la ilusión óptica de tridimensionalidad.

Para resaltar la textura de una determinada superficie, el elemento más importante es la iluminación. La calidad del objetivo, la exposición correcta y evitar vibraciones en la cámara en el momento de la captura, también son vitales.

En el desierto se pueden producir situaciones de luz poco adecuadas para la práctica fotográfica cuando hay viento de arena. Aprovecha la luz difusa de estas situaciones para mostrar, en planos cortos, la sensualidad de la textura de la arena de una duna.
La dirección de la luz

La dirección de la luz más adecuada para resaltar la textura es la que incide sobre el motivo desde un lado, es decir, la iluminación lateral. La luz lateral potencia la sensación de textura mediante las sombras que la rugosidad del motivo proyecta.

Recuerda que la dirección de la luz se estable en función de la posición de la cámara. Por una dirección lateral se entiende cualquiera que incida desde un ángulo de 45º hasta acercarse al eje de la toma. La posición de la fuente de luz a 45º, con respecto a la posición de la cámara y el motivo, también se denomina luz rasante.

Cuanto más cerca del eje de la toma se encuentre la fuente de luz, más se reduce la sensación de textura en la fotografía. Por el contrario, cuanto más se acerque a la posición rasante, más se acentúa.


En esta secuencia puedes apreciar como la dirección de la luz contribuye a resaltar la textura de este motivo. La riqueza de la textura es directamente proporcional a la dirección de la luz.

Calidad de la luz y textura

Se entiende por calidad las características de la luz que incide sobre el motivo. Generalizando, podrás trabajar con dos calidades básicas de luz: la directa y la difusa.

Luz directa

La luz directa destaca de forma notable la textura, pero proporciona alto contraste. Puedes encontrarte, en determinadas tomas, con sombras sin detalle o con la dificultad de equilibrar las altas luces y las sombras.

Es una iluminación con mucho "carácter" y no resulta fácil aplicarla sobre todos los motivos en los que quieras resaltar la textura. Por sus características, se adapta muy bien a rostros arrugados, ancianos, personajes rudos, etc.

Luz difusa

La luz difusa puedes encontrarla en un día nublado o en el interior de una casa (gracias a la luz que se filtra a través de una cortina, por ejemplo).

Al no tener tanto contraste, esta iluminación te permitirá trabajar con más comodidad y menos problemas técnicos. Muy adecuada para bodegones y retratos de todo tipo, especialmente de niños y bebés, tanto en interiores como en exteriores.


La luz de sol directa provoca sombras duras y aumenta el contraste. La luz difusa suaviza el contraste y reduce la sensación de textura y relieve en la imagen.

1 comentarios:

El profe dijo...

Muy buena tu página.
Aquí te dejo la mía para que puedan bajar los programas que necesiten.
Saludos!!
Miguel Blondet D.
http://miguelblondet.blogspot.com